No es sorprendente que varias áreas en el Líbano hayan visto a los ciudadanos protestar contra los impuestos y las condiciones de vida. Los últimos resultados de la encuesta del Barómetro Árabe proporcionan una imagen detallada del resentimiento libanés hacia la economía, el gobierno y las instituciones estatales.
Estos son los aspectos más destacados:
Situación económica
Los libaneses son pesimistas sobre la economía y el futuro de la economía, lo que lleva a muchos a pensar en la inmigración. En particular, los jóvenes bien educados quieren emigrar, lo que puede conducir a una fuga de cerebros.
En general, dos tercios dicen que la economía es el desafío más importante del Líbano en 2018.
Pocos (14%) califican la economía positivamente, aunque este porcentaje ha aumentado en comparación con 2016 (+5 puntos).
Curiosamente, el número de personas menos educadas que consideran que la situación económica es buena es el doble que las personas con educación universitaria.
El optimismo sobre la economía sigue siendo bajo, y 1 de cada 10 dice que la economía mejorará en los próximos dos o tres años.
Percepciones de corrupción
La corrupción sigue siendo rampante, y el 91 por ciento dice que afecta a las instituciones estatales en gran o mediano grado. La percepción es que la corrupción es menor a nivel local, y es más probable que el Monte del Líbano diga que el gobierno local no es corrupto.
Solo el 27% dice que el gobierno está trabajando para erradicar la corrupción, aunque 18% más que la misma tasa en 2012.
La mayoría cree que es necesario pagar un soborno para obtener una mejor educación o servicios de atención médica. Vale la pena señalar que los jóvenes son los que tienen más probabilidades de pagar un soborno por mejores servicios.
Casi todos dicen que es necesario tener un método para conseguir un trabajo. Pero los libaneses consideran al mediador como una forma de corrupción en comparación con el hecho de que consideran pagar un soborno o comprar algo sabiendo que es robado, es una forma de corrupción.
La mayoría no cree que la religión sea una solución a la corrupción; dos tercios dicen que es probable que los líderes religiosos sean tan corruptos como los no religiosos.
Confianza en las instituciones
La confianza en las instituciones públicas clave es muy baja, y alrededor del 20% dice que confía en el gobierno, el parlamento o el poder judicial. Sin embargo, ha habido un aumento notable de 8 puntos o más en comparación con 2016 en el número de personas que dicen que las elecciones de 2018 han tenido un efecto positivo, aunque limitado, especialmente en la mejora de la confianza en el gobierno.
Los jóvenes y las personas mejor educadas tienen más probabilidades de tener más confianza en las instituciones públicas.
La confianza en la policía (48%) y el ejército (86%) se mantiene alta y estable.
La confianza en el sector privado es mixta, con un 40% de confianza en bancos y hospitales privados y la mitad en universidades privadas.
Desempeño del gobierno y la sociedad civil
Solo el 15% de los libaneses está satisfecho con el desempeño actual del gobierno, lo que representa un aumento de 7 puntos en comparación con 2016.
La mayoría de los libaneses informan que ahora es más fácil acceder a los servicios básicos que en el pasado, y la mayoría dice que pueden obtener documentos de identidad o recabar asistencia policial cuando sea necesario.
Por ejemplo, el porcentaje de libaneses que apoyan el argumento de que es más fácil obtener un documento de identidad aumentó en 26% en comparación con la situación en 2007.
Sin embargo, solo 1 de cada 5 dice que es fácil registrar un negocio u obtener un permiso de construcción.
Ha habido una disminución significativa de 29 puntos en la confianza en las organizaciones de la sociedad civil, en comparación con 2012. La tasa de confianza es más alta en Akkar y Bekaa. (48% comparado con el 20%).
Fuente: Barómetro Árabe
Traducción Libre CCEIIMO